MINDFULNESS PARA ADELGAZAR Y NO PICOTEAR
Básicamente, el mindfulness es prestar atención a lo que haces en cada momento, sin di
stracciones, evitando la locura de la multitarea en la que nos hemos sumergido en esta sociedad de superhéroes donde hay que hacerlo todo y
bien cada día. En mi primera clase me acordé mucho de los refranes de mi abuela: ‘Quien mucho abarca pronto para’ o ‘Vísteme despacio que tengo prisa’.
stracciones, evitando la locura de la multitarea en la que nos hemos sumergido en esta sociedad de superhéroes donde hay que hacerlo todo y
A la hora de perder peso, el mindfulness puede ser muy interesante para los casos de ansiedad y picoteos, ya que ayuda a gestionar el estrés y la ansiedad, culpables de la mayoría de los problemas a la hora de engordar por malos hábitos, por esas patatas fritas que devoras cuando tienes que entregar el informe a tu jefe en media hora o esa tableta de chocolate que te comes cuando te enfadas con tu pareja…
No soy experta en mindfulness (algún día!!!) pero voy aprendiendoy aplicando lo que me resulta útil para mi vida, mi trabajo y hasta en casa controlar a los niños, que ya saben que cuando me pongo a respirar y junto los ‘3 dedos’ es que me estoy controlando para no pegarles un par de gritos, y ya les he puesto a meditar un par de veces, que es la versión ‘mindfulness’ de la costumbre española ‘vete a tu habitación a pensar mirando a la pared en blanco’.
Te resumo un par de estudios que te pueden ayudar a comer menos y mejor:

2. Si te ofrecen platos con sabores muy diferentes, probarás y comerás más. Incluso aunque no tengas hambre, porque la variedad de sabores forma parte del procesamiento sensorial de la memoria en el cerebro. ¿A qué siempre hay un hueco para el postre dulce aunque ya no podamos ni abrocharnos el cinturón? Para evitarlo: evita los bufets, las comidas y cenas en lugares exóticos, de tapas y picoteo, platos compartidos y la barra libre, o al menos limita los platos que vas a probar.
3. Si comes con la tele, el móvil, la tablet, etc. comerás más. El estudio de Jeff Brumstrom de la Universidad de Bristol demostró que las personas que juegan al solitario mientras comen no sólo comen más cantidad, además luego no recuerdan de cuánto y de qué han comido. Para evitarlo: come en silla y mesa, en un plato y sin más distracciones que la buena conversación.
En conclusión: Se consciente de lo que comes, cuánto, qué, cuándo y cómo lo comes. No sólo comerás menos, además disfrutarás más del sabor, olor, texturas, etc., La comida será volverá a ser un placer en vez de un enemigo a evitar en la lucha contra el peso.