MINDFULNESS PARA ADELGAZAR Y NO PICOTEAR
Seguro que has oído hablar de ‘mindfullnes’ o ‘conciencia plena’. En mi año en Inglaterra fui a un par de cursos que me resultaron muy útiles para gestionar esta ‘hiperactiva’ vida que llevamos en casa.
Básicamente, el mindfulness es prestar atención a lo que haces en cada momento, sin distracciones, evitando la locura de la multitarea en la que nos hemos sumergido en esta sociedad de superhéroes donde hay que hacerlo todo y bien cada día. En mi primera clase me acordé mucho de los refranes de mi abuela: ‘Quien mucho abarca pronto para’ o ‘Vísteme despacio que tengo prisa’.
A la hora de perder peso, el mindfulness puede ser muy interesante para los casos de ansiedad y picoteos, ya que ayuda a gestionar el estrés y la ansiedad, culpables de la mayoría de los problemas a la hora de engordar por malos hábitos, por esas patatas fritas que devoras cuando tienes que entregar el informe a tu jefe en media hora o esa tableta de chocolate que te comes cuando te enfadas con tu pareja…
No soy experta en mindfulness (algún día!!!) pero voy aprendiendo
y aplicando lo que me resulta útil para mi vida, mi trabajo y hasta en casa controlar a los niños, que ya saben que cuando me pongo a respirar y junto los ‘3 dedos’ es que me estoy controlando para no pegarles un par de gritos, y ya les he puesto a meditar un par de veces, que es la versión ‘mindfulness’ de la costumbre española ‘vete a tu habitación a pensar mirando a la pared en blanco’.
y aplicando lo que me resulta útil para mi vida, mi trabajo y hasta en casa controlar a los niños, que ya saben que cuando me pongo a respirar y junto los ‘3 dedos’ es que me estoy controlando para no pegarles un par de gritos, y ya les he puesto a meditar un par de veces, que es la versión ‘mindfulness’ de la costumbre española ‘vete a tu habitación a pensar mirando a la pared en blanco’.
Te resumo un par de estudios que te pueden ayudar a comer menos y mejor:
1. El psicólogo Eric Robinson de la Universidad de Liverpool recomienda tener ‘buena memoria’ a la hora de comer. Las personas que sufren un tipo de amnesia y no recuerdan lo que acaban de comer, repiten cuando se les ofrecen los mismos alimentos a los 15 minutos de la última comida, aunque estén llenas. Las personas sanas no lo hacen si están llenas porque recuerdan que acaban de comer. Para evitarlo: repasa lo que has comido, cuánto y cuándo antes de comer sin hambre.
2. Si te ofrecen platos con sabores muy diferentes, probarás y comerás más. Incluso aunque no tengas hambre, porque la variedad de sabores forma parte del procesamiento sensorial de la memoria en el cerebro. ¿A qué siempre hay un hueco para el postre dulce aunque ya no podamos ni abrocharnos el cinturón? Para evitarlo: evita los bufets, las comidas y cenas en lugares exóticos, de tapas y picoteo, platos compartidos y la barra libre, o al menos limita los platos que vas a probar.
3. Si comes con la tele, el móvil, la tablet, etc. comerás más. El estudio de Jeff Brumstrom de la Universidad de Bristol demostró que las personas que juegan al solitario mientras comen no sólo comen más cantidad, además luego no recuerdan de cuánto y de qué han comido. Para evitarlo: come en silla y mesa, en un plato y sin más distracciones que la buena conversación.
4. Utiliza tus sentidos al comer. El mismo Eric Robinson hizo otro estudio con mujeres obesas que comían mientras oían mensajes que las recomendaban centrarse en la experiencia sensual de la comida: apariencia, sabor y olor. En otra comida les pusieron una pieza con un agradable sonido del canto de un cuco. En el primer caso, comieron un 30% menos y picotearon menos durante las 3 horas después del experimento, y además eran capaces de describir lo que habían comido cuando habían escuchado los mensajes de atención a la comida. Para evitarlo: disfruta de la comida, come despacio, oliendo, paladeando y disfrutando.
5. Visualiza tus antojos. Parece cruel, pero los investigadores de EE.UU. han demostrado que pensar en lo que te apetece comer, imaginar con todo detalle el alimento con el que sueñas, hace que el cerebro piense que ya lo has comido, engañando a la mente. Para evitarlo: visualiza ese helado de chocolate con virutas de caramelo y trocitos de almendras, disfruta de la experiencia virtual.
En conclusión: Se consciente de lo que comes, cuánto, qué, cuándo y cómo lo comes. No sólo comerás menos, además disfrutarás más del sabor, olor, texturas, etc., La comida será volverá a ser un placer en vez de un enemigo a evitar en la lucha contra el peso.